Martes 14 de enero de 2025.- Un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista Insects, titulado "Utilizando insectos como bioindicadores: una aproximación para la conservación en ecosistemas lénticos urbanos en Chile central", revela como ciertas familias de insectos acuáticos pueden ser claves para detectar la polución de las aguas continentales de un ecosistema y contribuir a su conservación.
La profesora asociada de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile, y directora de su Laboratorio de Entomología Forestal , Amanda Huerta Fuentes, junto al investigador Perito en Ecología de la Sección de Ecología y Medio Ambiente del Laboratorio de Criminalística Central (LACRIM Central) de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI), Álvaro Palma Muñoz, y los graduados del programa de Magíster en Áreas Silvestres y Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile, Sebastián Rodríguez Tobar y Francisco Vicencio Landeros, todos autores de la investigación, destacan la importancia de estos insectos en los ecosistemas lénticos, es decir, en humedales, lagunas, tranques y otros cuerpos de agua.
El estudio consideró el uso de ensambles de familias de insectos acuáticos para establecer el estado de salud de cuerpos de aguas lénticos urbanos vinculado con variables fisicoquímicas para su conservación en la Región Metropolitana.
En concreto, se trata de los insectos de familia Corixidae (Orden Hemiptera), de la familia Chironomidae (Orden Diptera) y de la familia Baetidae (Orden Ephemeroptera) que tanto en estado larva como ninfa fueron evaluados como uno de los centinelas de este sistema. Dentro de los lugares que fueron considerados en las evaluaciones están la Laguna Carén, Tranque Chada y el humedal de Batuco.
Amanda Huerta, académica adscrita al Departamento de Silvicultura y Conservación de la Naturaleza de la Casa de Bello, explica que "este estudio se sitúa en una de las principales preocupaciones de la sociedad frente a la crisis climática y ecológica como lo es el impacto sobre los recursos hídricos".
En Chile central, donde predomina el clima mediterráneo, las actividades industriales y agrícolas también afectan la disponibilidad de agua. Para la protección de los ecosistemas y el control del uso del agua se utilizan normativas y guías nacionales que se basan en el concepto de calidad de agua.
"Tal concepto está condicionado al uso de un cuerpo de agua según la medición de variables fisicoquímicas y escasamente biológicas", sostiene la profesora Huerta. Agrega que "esta investigación incluye, por una parte, el uso particular de insectos como bioindicadores (grupos taxonómicos o especies capaces de reflejar el estado de conservación y el grado de perturbación de un ecosistema) dada su gran diversidad, fidelidad ecológica, sensibilidad, fácil manipulación y ciclos de vida cortos, estableciendo el estado de salud de un ecosistema acuático. Por otra parte, está enfocada en estudios en cuerpos lénticos, que reflejan fenómenos y eventos ocurridos en los ríos que confluyen, acumulando contaminantes y nutrientes difíciles de detectar".
El investigador e ingeniero en recursos naturales renovables de la Universidad de Chile, Álvaro Palma, coautor del estudio, destaca la relevancia de esta investigación para la comunidad científica y la conservación de esos ecosistemas vulnerables. "Las variables utilizadas en este estudio como temperatura, conductividad eléctrica, oxígeno disuelto, sólidos solubles totales, pH y fósforo y nitrógeno total, fueron las definidas por la normativa chilena vigente para el estudio de la calidad de aguas para conservación de comunidades acuáticas, en aguas continentales tales como lagos y lagunas. En este sentido, se respetaron las variables que en el país son consideradas críticas para el estudio de su calidad con sus respectivos métodos", manifiesta.
Por su parte, el magíster Sebastián Rodríguez, biólogo de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, autor principal del estudio, comparte su perspectiva sobre la importancia de este estudio: "Ciertas especies de la familia Corixidae (Hemiptera) podrían ser indicadoras de aguas de mejor calidad, o por el contrario, otras especies de familias como Chironomidae (Diptera) lo serían de aguas de peor calidad, indicando por sí mismas el estado de conservación de ecosistemas tan frágiles como los de la Laguna Carén (Pudahuel), o del Humedal de Batuco (Lampa), también estudiados", afirma.
El magíster Francisco Vicencio Landeros, ingeniero ambiental de la Universidad de Santiago de Chile, coautor de la publicación, comenta que "a partir de los biomonitoreos, en series de 2-3 años en distintas estaciones de muestreo y temporadas del año, de las familias de insectos acuáticos y de las mediciones paralelas de variables fisicoquímicas, in situ y ex situ, en varios cuerpos de agua de la Región Metropolitana, se comprobó la complejidad de la dinámica del comportamiento de los insectos, tanto en su riqueza como en su abundancia, lo que sugiere que las poblaciones objeto de análisis dependen del estado de salud de las aguas".