Jueves 28 de marzo de 2024.- A pesar de que hoy existen múltiples normativas que exigen al sector industrial gestionar sus residuos de manera responsable, muchas empresas siguen realizando prácticas indebidas que acarrean negativos impactos sobre el medio ambiente. Ejemplos de esto son el desecho incorrecto de baterías, pinturas, aerosoles, combustible diésel, líquido de frenos, anticongelante, acetona, entre otros compuestos peligrosos para el entorno natural y humano.
A esto se suma que parte de los residuos generados en la producción industrial no son manejados por empresas especialistas –como debe ser–, sino que se siguen depositando en vertederos de forma ilegal.
En ese contexto, resulta interesante evaluar la incidencia en la gestión de los residuos peligrosos que ha tenido el Decreto Supremo (DS) 148/2004, del Ministerio de Salud, una de las principales regulaciones sobre esta materia que este año cumple dos décadas desde su publicación. Esta normativa estableció las condiciones sanitarias y de seguridad mínimas a que debe someterse la "generación, tenencia, almacenamiento, transporte, tratamiento, reúso, reciclaje, disposición final y otras formas de eliminación" de este tipo de desechos.
El tema no es menor si se considera que en 2022 en Chile se generaron casi 611 mil toneladas de residuos peligrosos (Respel), de acuerdo con cifras del Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes (RETC) del Ministerio del Medio Ambiente (MMA).
¿Cómo ha impactado esta normativa a 20 años de su puesta en marcha? ¿Qué desafíos conlleva para el futuro de las industrias que lo aplican?
Aportes
Juan Andrés Salamanca, gerente comercial de Hidronor, empresa con más de 25 años de experiencia en el manejo integral de residuos peligrosos, plantea que el DS 148 nació para entregar una definición clara sobre este tipo de desechos junto con regular su gestión completa, desde la generación misma hasta su eliminación.
Otro aporte de esta regulación es que establece cuáles son las responsabilidades de todos los entes que participan en la gestión de los residuos peligrosos, comenzando por los compromisos de los generadores.
El especialista añade que, si bien después que este cuerpo legal entró en vigencia se comenzaron a evidenciar falencias y problemas que no fueron previstos en su fase de discusión, esta regulación ha permitido una disminución considerable en la presencia de residuos peligrosos en vertederos ilegales y también ha reducido su gestión en conjunto con residuos domiciliarios en sitios no aptos para aquello, evitando el consiguiente daño sanitario y ambiental.
"En la actualidad hay una mayor conciencia por parte de las empresas generadoras sobre la responsabilidad que les compete respecto a este tema. Por lo mismo, se evidencia una mayor preocupación respecto a que la gestión de estos residuos sea realizada de forma correcta", dice Salamanca.
Ajustes necesarios
Así, el especialista sostiene que el DS 148 ha tenido una buena recepción por parte de la industria y ha aportado mucho al resguardo del medio ambiente. Sin embargo, también advierte que después de dos décadas es necesario realizar ajustes a esta normativa para enfrentar desafíos importantes que no fueron previstos en su etapa de elaboración y discusión, y que aún persisten en la gestión de residuos peligrosos.
"Por ejemplo, la versión vigente no contempla el almacenamiento temporal de residuos entregado como servicio, donde distintos generadores consoliden cargas y sean enviados a sitios de eliminación, algo muy necesario cuando los puntos de generación están muy distantes de las zonas de eliminación", grafica el representante de Hidronor.
Por otra parte, agrega: "Las políticas públicas que se han diseñado últimamente tienden hacia una valorización del residuo como forma de gestión previa antes que la eliminación propiamente tal. La Ley REP ya promulgada promueve esto, por lo que el DS 148 debiera actualizarse justamente en los términos que la Ley REP establece".
Finalmente, Juan Andrés Salamanca también releva que, si bien en Hidronor son reconocidos por dar una solución sanitaria y ambiental a los residuos generados por otras empresas a través del tratamiento y posterior disposición final de éstos, de igual forma han desarrollado proyectos de innovación orientados a la fracción valorizable en línea con las políticas lanzadas en los últimos años. "El desafío, entonces, está en continuar con la ejecución de estos proyectos de valorización de residuos", concluye.