Acuerdo entre Aguas Andinas y Regantes permitió cubrir 24% de demanda de agua en Santiago

Jueves 12 de mayo de 2022.- En medio de la aguda escasez hídrica que afecta a la Región Metropolitana y al país desde hace 13 años, los regantes de la zona y Aguas Andinas unieron sus esfuerzos para abordar esta problemática. De esta forma, la empresa y las siete asociaciones de canalistas de la Primera Sección del río Maipo firmaron un convenio de colaboración que hoy está dando sus primeros frutos, en la dirección de para asegurar el suministro de agua potable en la capital e impactar de forma significativa la producción agrícola de la región.

Según el primer balance de la iniciativa, el agua traspasada por los productores agroalimentarios a la sanitaria permitió abastecer 24% de las necesidades de la ciudad durante la temporada primavera-verano —de septiembre a marzo—, la de más alta demanda.

Así, desde que se firmó el convenio —en agosto del año pasado—, el principal embalse de la región, El Yeso, ha aumentado su volumen. Incluso en agosto de 2021 alcanzó el nivel más alto de los últimos años: 180,5 hectómetros cúbicos (hm3). Mientras que, en marzo 2022, a pesar de enfrentar un escenario más negativo de lo proyectado, se tomaron medidas adicionales de tal manera que se logró que el nivel de seguridad del embalse llegara hasta los 154 hm3.

El director de Operaciones de Aguas Andinas, Daniel Tugues, destacó que este acuerdo permitió enfrentar el peor año desde que se tiene registro en materia de caudales: “Este último año ha sido complejo, pero con resultados positivos, pues nos ha permitido trabajar de la mano y enfrentar la situación de una forma más técnica y profesional, en pro de encontrar soluciones que den sostenibilidad a la cuenca sin recurrir al agua de los regantes”.

En ese sentido, agregó que la instancia de colaboración con los regantes “fue fundamental para pasar este verano tan crítico en materia hídrica. De toda el agua que demandó la ciudad, 24% la hemos conseguido gracias a este convenio, lo que da cuenta de su importancia y lo que ha significado. También da cuenta de la importancia del trabajo colaborativo”.

Por su parte, el presidente de la Asociación Canales de Maipo, Luis Baertl, afirmó que “es sumamente importante destacar que 100% del agua que los productores agroalimentarios entregamos a la ciudad, proviene de la primera sección del río Maipo, por lo tanto, el esfuerzo es inmenso para los regantes”.

Añadió que esto “tiene consecuencias en una menor producción y productividad; significa una menor producción agrícola que tendrá efecto en la disponibilidad de los alimentos y eventualmente en sus precios”.

Proyecto de reúso y más inversiones

El convenio también contempla una serie de proyectos de mediano y largo plazo para gestionar de forma sustentable el agua de la Primera Sección del río Maipo. Esto incluye importantes nuevas inversiones por parte de Aguas Andinas para tener mayor seguridad de abastecimiento; una gestión más eficiente de la cuenca a partir de un diagnóstico certero, cooperativo y profesional, y un plan maestro para identificar las infraestructuras que permitan devolver la sustentabilidad y resiliencia a la cuenca, adaptándola a las nuevas condiciones que impone el cambio climático.

Este último punto, de acuerdo con la empresa, pone de manifiesto la importancia de la gestión colaborativa, ya que se trabaja en el proyecto de reúso de las aguas depuradas en la biofactoría Mapocho-Trebal con el fin de transportar hasta 3 m3/s al río Maipo para uso agrícola, a través de una elevadora de más de 40 km de extensión.

Asimismo, está la construcción de pozos en la faja de canales que, mediante el intercambio de aguas con los agricultores, permitiría a la compañía disponer de mayores caudales en el río para el abastecimiento de agua potable y de saneamiento para Santiago y, a la vez, a los productores agroalimentarios poder contar con el agua necesaria para la producción de alimentos.

Estos proyectos se suman al plan de inversiones de Aguas Andinas, con proyectos e iniciativas como la construcción de nuevos pozos y estanques, la ampliación y modernización de plantas productoras de agua potable y la implementación de tecnología para mejorar la eficiencia hídrica.