Viernes 7 de junio de 2024.- El Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático aprobó esta tarde dos instrumentos de gestión ambiental bien relevantes: el Plan de Adaptación al Cambio Climático del Sector Silvoagropecuario y la norma de emisión para el sector pesquero.
El mencionado plan es el primero de este tipo que se elabora según lo establecido por la Ley Marco de Cambio Climático, y aborda uno de los rubros productivos más vulnerables a los efectos de este fenómeno. Fue desarrollado por el Ministerio de Agricultura con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) como Agencia Acreditada del Fondo Verde para el Clima, y la colaboración del Ministerio del Medio Ambiente.
El plan aprobado cuenta con 12 medidas y 63 acciones para hacerse cargo de la afectación y oportunidades que crea el cambio climático.
Entre las medidas establecidas en el instrumento se encuentran, por ejemplo, la incorporación de prácticas de manejo silvoagropecuario y técnicas específicas para la adaptación al cambio climático, la implementación de métodos de obtención y reserva de agua intrapredial para hacer frente al déficit hídrico, así como el desarrollo de tecnologías y acciones que aumenten la eficiencia del riego.
Además, propone la construcción de infraestructura hídrica extrapredial, la promoción de la conservación y la restauración de los ecosistemas naturales que sostienen a los sistemas productivos silvoagropecuarios, la prevención y control de la degradación del suelo para la adaptación a los efectos del cambio climático.
De igual manera, el plan buscará implementar infraestructura y equipamiento productivo intrapredial para la adaptación al cambio climático, extender y optimizar los sistemas de información y gestión de riesgos agrometeorológicos. También, pretende potenciar acciones adaptativas para reducir el riesgo de incendios forestales.
Otras medidas son: el desarrollo de sistemas de monitoreo y seguimiento permanente respecto a los cambios potenciales de la productividad agrícola; la implementación de un sistema de información que permita el seguimiento, monitoreo y evaluación de las variables de sustentabilidad aplicables al sector silvoagropecuario; y un plan piloto de adaptación al cambio climático para este rubro en la Región de Aysén.
"Dado que Chile es un país vulnerable al cambio climático, los planes de adaptación son fundamentales para hacer frente a los impactos de la crisis climática en todos los sectores", comentó la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas.
A su vez, el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, indicó que este es un hito muy importante para el sector silvoagropecuario, "que ya evidencia los efectos del cambio climático, tales como escasez hídrica, aumento de temperaturas en la temporada estival y eventos de precipitaciones, los que han llevado a este ministerio a enfrentar contingencias como incendios, sequía y las grandes inundaciones que afectaron al centro sur del país durante el año pasado, por lo que la adaptación del sector es fundamental e insoslayable".
Añadió que "este plan entonces se constituye como un acuerdo transversal que orienta el quehacer de todos los servicios del Ministerio de Agricultura y permite articular a otros ministerios e instituciones públicas y privadas en un trabajo conjunto y alineado con las medidas y acciones aquí definidas, las que fueron construidas mediante un proceso participativo y que contó con un amplio despliegue territorial y amplia validación".
Nueva norma de olores pesqueros
El Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático también aprobó la nueva norma de emisión de olores para el sector pesquero, cuyo objetivo es proteger la salud y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por estos contaminantes.
La futura norma –que ahora debe ser visada por la Contraloría para su posterior publicación– regulará en específico a las plantas de harina y aceite de pescado y a las plantas de alimento para peces del país. Actualmente, existen 32 fuentes emisoras de este tipo, la mayoría ubicada en la región del Biobío, aunque también existen en regiones como las de Tarapacá y Los Lagos.
Esta es la segunda norma de olores que se aprueba en el país tras la promulgada este año para la industria porcina que se encuentra hoy vigente.