Miércoles 30 de junio de 2021.- Biofertilizantes que mejoran los suelos y ahorran agua, ayudando al sector agrícola a aumentar su productividad y afrontar el cambio climático. Eso es lo que desarrolla Myconativa, usando hongos nativos denominados micorrizas que permiten a las plantas absorber más agua y nutrientes, favoreciendo su crecimiento.
Así lo explica Paula Aguilera, agrónoma y Doctora en Ciencias de Recursos Naturales: "Las micorrizas favorecen el uso eficiente de fertilizantes en cuanto a la reducción de éstos y de sus químicos. Además, mejora la microbiota natural del suelo, haciendo procesos productivos más sustentables. Viene a ayudar a la planta en una simbiosis para que tome más agua y nutrientes, disminuyendo los componentes fitotóxicos que ralentizan el crecimiento".
En Chile existen 57 especies nativas de micorrizas que se han investigado y reportado en la literatura científica.
Convenio con viña
Myconativa ha vendido biofertilizantes para 400 hectáreas en 30 ciudades del país, desde Coquimbo a Chile Chico, ayudando a mejorar las plantaciones de frutillas, tomates, avellano europeo, uva de mesa, cerezos, arándanos y mandarinas. Además, están realizando proyectos científicos con el Centro de Fruticultura de Rengo, el Centro CERES de Quillota, en el fundo Santa Laura en Coihueco, en Chillán hacia la precordillera, y en Talca con Viña Concha y Toro.
El convenio firmado con esta última empresa permitirá utilizar los bioproductos en esos viñedos, con miras a generar una mayor productividad y longevidad en las plantas hasta los 30 años (actualmente duran 25 años).
Esta alianza se logró gracias a la gestión de HubTec Chile, institución que trabaja para hacer "match" entre investigaciones nacionales y empresas chilenas y/o extranjeras. Su director, Ignacio Merino, señala que "la ciencia puede diversificar nuestra economía, mejorar la calidad de vida de las personas y cuidar el medio ambiente. Para ello estamos articulando varias relaciones virtuosas entre la academia y las empresas para promover el I+D+i a nivel nacional, pero con miras a sacar los emprendimientos hacia el mundo. Es el caso de Myconativa.com".
En esa senda, la alianza entre Myconativa y la viña busca desarrollar una "planta 2.0", es decir, libre de enfermedades que sea capaz de defenderse en las condiciones de campo. En ese contexto, el refuerzo biológico de las micorrizas puede ser una especie de vacuna que induzca la defensa de la planta. Además, estos bioproductos ayudan a cumplir las exigencias de los mercados internacionales, especialmente en la Unión Europea donde piden disminuir entre un 40% y 50% los residuos químicos en los vinos.
Por su parte, Felipe Gainza, líder en investigación, desarrollo e innovación de Viña de Concha y Toro, comenta que "los privados deben atreverse a hacer I+D+i en la búsqueda de soluciones tecnologías de problemas productivos, comprendiendo que la ciencia nacional debe tomar mayor protagonismo para acelerar los avances tecnológicos, ayudando así a generar impacto en la sociedad con el desarrollo de nuevas soluciones".
Esta relación virtuosa entre ciencia y empresas chilenas es un ejemplo de cómo el ecosistema de innovación es clave para desarrollar la industria agrícola y afrontar el desafío de la producción sustentable de alimentos.
Uso domiciliario
Los huertos urbanos o educativos se han transformado en una importante alternativa en medio de la pandemia por Covid-19, ya que a través de éstos las familias chilenas pueden generar sus propias hortalizas, apostando por la sustentabilidad y el ahorro económico. Myconativa.com identificó esta necesidad y creó un biofertilizante para huertos urbanos y plantas de interior llamado "Imogen Nativa".
Al respecto, Paula Aguilera indica: "Mi hobby es la huerta y las flores, entonces ver cómo eso también se trasformó en una terapia para muchas personas fue fantástico. Es maravilloso tener un producto que sirva para mejorar esos cultivos y ver que cuando se les coloca micorrizas crecen más bonitos y tienen más aroma".