Miércoles 24 de abril de 2024.- La segunda jornada de la COP3 del Acuerdo de Escazú cerró de la mejor forma. En una intensa sesión, en la que participaron miembros de las delegaciones de los Estados parte y tras las deliberaciones de miembros del público, finalmente se aprobó el Plan de Acción sobre Defensores de Derechos Humanos en Asuntos Ambientales.
Esta iniciativa -coordinada por Chile, Ecuador y Saint Kitts and Nevis- se enmarca en el artículo 9 del Acuerdo de Escazú, que busca promover y proteger los derechos de quienes velan por la preservación del medio ambiente. Así, tras dos años de arduo trabajo, finalmente se consiguió aprobar el documento que marca un hito en la protección de las defensoras y los defensores ambientales en América Latina y el Caribe.
Sobre esta noticia, el ministro (s) del Medio Ambiente, Maximiliano Proaño, aseguró que "para nuestro país es imprescindible garantizar un entorno seguro y propicio para quienes promueven y defienden el medio ambiente, garantizar sus derechos y contar con medidas de respuesta. Por eso, nos involucramos directamente en el desarrollo de este plan, que es de alto interés para la sociedad civil, ya que busca fortalecer la protección de estas personas defensoras de derechos humanos. Este es, sin dudas, el principal hito de esta COP".
Detalles del plan
En la primera Conferencia de las Partes de Escazú, celebrada en Santiago en 2022, se estableció un grupo de trabajo conformado por Chile, Ecuador y Saint Kitts y Nevis, y abierto a quien quisiera participar, con el propósito de desarrollar este plan de acción. Tras dos años de arduo trabajo, y varias instancias de consulta pública, se definió un documento que marca un hito en la protección de los defensores ambientales en América Latina y el Caribe.
El objetivo principal de este plan es poner en marcha un conjunto de ejes prioritarios y acciones estratégicas para avanzar hacia la implementación plena y efectiva del artículo 9 del Acuerdo de Escazú. Con un plazo de ejecución de seis años, desde abril de 2024 hasta abril de 2030, se espera generar un cambio tangible en la protección y reconocimiento de quienes dedican sus vidas a defender nuestro planeta.
El plan se estructura en cuatro ejes prioritarios, interrelacionados y complementarios entre sí: generación de conocimiento; reconocimiento; fortalecimiento de capacidades y cooperación en apoyo a la implementación nacional; y evaluación, seguimiento y revisión del plan de acción. Cada uno de estos ejes incluye un conjunto de acciones estratégicas que buscan abordar los desafíos específicos que enfrentan quienes promueven y defienden los derechos humanos en asuntos ambientales.