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De cara a la COP 27, ONU llama a poner la adaptación al cambio climático como prioridad mundial

De cara a la COP 27, ONU llama a poner la adaptación al cambio climático como prioridad mundial

Nuevo informe señala que a medida que las repercusiones climáticas se aceleran, los esfuerzos para financiar e implementar proyectos de este tipo deben aumentar de forma drástica. Y advierte que los costos estimados en los países en desarrollo son de 5 a 10 veces mayores que los fondos internacionales hoy disponibles para esta tarea.



Viernes 4 de noviembre de 2022.- Considerando las repercusiones del cambio climático cada vez más intensas en todo el mundo, las naciones deben aumentar drásticamente el financiamiento y la implementación de medidas diseñadas para ayudar a las naciones y comunidades vulnerables a adaptarse a la tormenta de fenómenos climáticos extremos, señala un reciente informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

De cara a la 27ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), que tendrá lugar en Sharm El-Sheikh (Egipto) entre el 6 y 18 de noviembre, se publicó el "Informe de la Brecha de Adaptación 2022: Progresos insuficientes y excesivamente lentos - La incapacidad de adaptarse al cambio climático pone al mundo en peligro". Entre sus conclusiones, el documento destaca que los esfuerzos globales en la planificación, financiación e implementación de las medidas de adaptación no están a la par con los riesgos cada vez mayores.

"Las necesidades de adaptación en los países en desarrollo se dispararán hasta por un valor de US$ 340.000 millones anuales en 2030. Sin embargo, el apoyo [de financiación] a las medidas de adaptación actual es inferior a una décima parte de esa cantidad. Las personas y comunidades más vulnerables están pagando el precio. Eso es inaceptable", afirmó el António Guterres, Secretario General de la ONU.

Añadió que "la adaptación debe abordarse con una responsabilidad tal que refleje que a todos los seres humanos se les da el valor como miembros de una sola familia. Es hora de una reestructuración mundial de la adaptación al clima que deje de lado las excusas y nos pongamos manos a la obra para solucionar los problemas".

A su vez, Inger Andersen, Directora Ejecutiva del PNUMA, comentó: "El cambio climático está azotando golpe tras golpe a la humanidad, y fuimos testigos de ello a lo largo de 2022: de manera particularmente despiadada en las inundaciones que sumergieron a gran parte de Pakistán. El mundo debe reducir urgentemente las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar las repercusiones del cambio climático. Pero al mismo tiempo debemos multiplicar con urgencia los esfuerzos para adaptarnos a los fenómenos climáticos extremos que ya están aquí y a los que vendrán".

"Las naciones deben respaldar las importantes promesas del Pacto Climático de Glasgow actuando con medidas firmes para aumentar las inversiones y los resultados de adaptación a partir de la COP27", agregó a propósito del próximo evento que tiene como lema "De las promesas a la implementación".

Riesgos cada vez mayores

Una sequía de varios años en el Cuerno de África, inundaciones sin precedentes en el sur de Asia y un intenso calor estival en todo el hemisferio norte evidencian una tendencia en el aumento de los riesgos climáticos. Estas serias repercusiones están ocurriendo a tan solo 1,1 °C de incremento del calentamiento global por encima de los niveles preindustriales.

Esta situación preocupa porque el calentamiento global tiende a aumentar un 2,4 a 2,6 °C para finales de siglo si se mantienen las actuales Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CDN) establecidas en el marco del Acuerdo de París, como se señala en la reciente publicación sobre la Brecha de Emisiones. Las investigaciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) concluyen que cada décima de grado de calentamiento global intensificará los riesgos climáticos.

Dichas tendencias implican que las medidas de adaptación deben ocupar un lugar central junto con las medidas de mitigación en la respuesta mundial al cambio climático, señala el informe. Es esencial tener en cuenta que incluso las inversiones ambiciosas en adaptación no podrán prevenir plenamente las repercusiones de los fenómenos climáticos, por tanto, se deben abordar igualmente las pérdidas y los daños.

Progresos irregulares y lentos

El informe señala que más de ocho de cada diez países cuentan con al menos un instrumento nacional de planificación de la adaptación, al tiempo que están mejorando e incorporando más medidas de inclusión. Un tercio de los 197 países Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) ha incorporado objetivos cuantificados y sujetos a plazos en materia de adaptación. Asimismo, alrededor el 90% de los instrumentos de planificación analizados en las investigaciones tienen en cuenta el género y los grupos desfavorecidos, como los pueblos indígenas.

Sin embargo, el financiamiento necesario para convertir dichos planes en acciones reales no está a la par. Los fondos internacionales para la adaptación en los países en desarrollo se encuentran entre 5 y 10 veces por debajo de las necesidades estimadas y esta disparidad sigue aumentando, la brecha no para de ampliarse. Las corrientes internacionales para financiar la adaptación en los países en desarrollo alcanzaron los US$ 29.000 millones en 2020, según informes de los países donantes, lo que supone un aumento del 4% con respecto a 2019.

Los flujos financieros combinados para la adaptación y la mitigación en 2020 se registraron en al menos US$ 17.000 millones por debajo de los US$ 100.000 millones prometidos a los países en desarrollo. Se necesita una aceleración significativa si se quiere duplicar los flujos financieros para 2025 con respecto a 2019, como lo insta el Pacto Climático de Glasgow.

Las necesidades anuales estimadas de adaptación varían en un rango de US$ 160.000 millones a US$ 340.000 millones de aquí al año 2030, y en un rango de US$ 315.000 millones a US$ 565.000 millones al año 2050.

La implementación de las medidas de adaptación está aumentando, con especial atención en materia de agricultura, agua, ecosistemas y los sectores intersectoriales. Sin embargo, este incremento no está a la altura de las repercusiones del cambio climático. Si no se logra un cambio radical en apoyar las medidas de adaptación, éstas se podrían ver superadas por la aceleración galopante de los riesgos climáticos.

Enfoque unificado

En el informe se concluye que, si se vinculan las medidas tanto de adaptación como de mitigación (como las soluciones basadas en la naturaleza) desde su inicio en sus etapas de planificación, financiación e implementación, se pueden mejorar sus beneficios colaterales. Asimismo, esta vinculación podría limitar eventuales compensaciones, como la energía hidroeléctrica que reduce la seguridad alimentaria o el riego de cultivos que aumenta el consumo de energía.

El grupo de autores del informe concluye que se necesita una firme voluntad política para incrementar las inversiones y los resultados en materia de adaptación. No se puede permitir que las crisis como el conflicto en Ucrania y la pandemia de COVID-19 descarrilen los esfuerzos internacionales dirigidos a incrementar la adaptación al cambio climático. Se requieren con urgencia una voluntad política sin precedentes e inversiones a largo plazo en proyectos de adaptación al cambio climático para evitar que la brecha de adaptación se amplíe.

Fuente: Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente