Revista de descontaminación industrial, recursos energéticos y sustentabilidad.

Economía circular en la construcción: áridos reciclados y artificiales muestran buen desempeño

Economía circular en la construcción: áridos reciclados y artificiales muestran buen desempeño

Así lo indican los ensayos del IDIEM, donde destacan que los botaderos industriales y estructuras de hormigón en desuso serán las mayores fuentes de estos componentes que se podrán empezar a usar una vez que se actualice la norma NCh163-2013.



Jueves 11 de enero de 2024.- Este año la industria de la construcción en Chile vivirá un cambio regulatorio bien relevante para reducir su impacto ambiental y avanzar hacia una gestión más sustentable en medio de la crisis climática. Se trata de la actualización de la norma NCh163-2013, que permitirá el uso de áridos reciclados y artificiales para abastecer de hormigón a los nuevos proyectos, lo que se espera que ocurra durante este primer trimestre aportando a la transición hacia economía circular.

Según indican desde el IDIEM, Centro de Investigación, Desarrollo e Innovación de Estructuras y Materiales dependiente de la Universidad de Chile, en nuestro país los áridos equivalen al 70% del volumen del hormigón, el material de uso más extendido en la industria. En la época del boom de la construcción se llegó a utilizar un millón de metros cúbicos de hormigón al mes.

Claudio Olate, especialista de dicha entidad, comenta: "En Chile, el árido es de origen pétreo en su mayoría –piedras, arenas, extraídas de zonas como lechos de ríos, canteras, entre otros–, que son cada vez más escasos por las exigencias regulatorias. Seguir extrayendo áridos con la misma frecuencia es complejo desde el punto de vista ambiental. Ahí surge la necesidad de explorar los áridos alternativos".

Reciclados y artificiales

Los ensayos e investigaciones que ha realizado el IDIEM para evaluar áridos reciclados y artificiales arrojan resultados positivos, mostrando un desempeño y características similares al material convencional.

Se espera que durante el primer trimestre de 2024 se publique la actualización de la norma NCh163-2013 "Áridos para morteros y hormigones- Requisitos", lo que permitirá el uso de los materiales mencionados en los nuevos proyectos.

De esta forma, el mercado local podrá utilizar recursos provenientes de dos fuentes: recicladas de hormigón antiguo, utilizado en edificios o estructuras en desuso, entre ellos carreteras o inmuebles que son demolidos; y artificiales, extraídos de otros procesos industriales que generan material sólido, por ejemplo, en forma de escoria. Su tratamiento requiere de un proceso de chancado, selección y clasificación por tamaños y un tratamiento de lavado o retiro de impurezas.

Claudio Olate, quien ha colaborado con el comité técnico organizado por el Instituto Nacional de Normalización (INN) para modificar la norma, entrega más detalles respecto a la regulación: "La norma de áridos no pretende ser una guía o manual de cómo utilizar los áridos en el hormigón, esto es materia de la norma de hormigones y de los especialistas en diseño de mezclas. Solamente se refiere a los requisitos y características que deben cumplir los áridos alternativos, que serán muy similares a las del árido estándar en términos físicos, químicos y de tamaño de partículas. La principal diferencia estará en la frecuencia de los controles y ensayos para su inspección y validación, la que será más exigente que la requerida para áridos tradicionales".

El experto agrega que esto se explica porque el árido convencional proviene de lugares con propiedades geológicas conocidas y con pocas variaciones en sus décadas de uso, en contraposición con los áridos reciclados y artificiales, con menor historial y probablemente de variadas fuentes.

Las lecciones de Turquía

El terremoto registrado el pasado mes de febrero en Turquía causó más de 50 mil muertes y es el desastre natural de mayor costo económico a nivel mundial de 2023. La catástrofe tuvo una arista constructiva de interés para los especialistas en todo el mundo, pues se constató una deficiente aplicación de la normativa, en particular del reforzamiento del hormigón.

Luego del megasismo, organismos técnicos estimaron que en Turquía existen 7 millones de edificios que no son resistentes a emergencias telúricas. Claudio Olate utiliza esta referencia para valorar el extenso y cauteloso proceso de revisión que ha tenido la normativa de áridos alternativos en Chile, uno de los países más sísmicos del mundo y donde se registró el mayor terremoto de la historia en 1960.

"En el terremoto de 2010, de mayor magnitud que el terremoto de Turquía, hubo del orden de 500 muertos y la mayor parte de ellos por el tsunami, no por colapsos de estructuras. Esto nos habla de la calidad y la seguridad de la construcción en Chile, por eso los pasos son paulatinos y lentos, porque hay una lógica superior de asegurar el bien común y la vida de toda la población. El principal objetivo del comité a cargo de la norma, y en general de todas las regulaciones de la construcción, es mantener la calidad de los materiales", comentó el investigador.