El pasado 13 de enero fue un mal día para la minería en Chile. Esta vez, eso sí, no se debió a la caída del precio del cobre que tanto ha afectado a la industria en el último tiempo, sino al lamentable fallecimiento de Eustaquio Moreno Navarro, trabajador de la empresa Geovita, luego de ser golpeado en la cabeza por un planchón mientras laboraba al interior de la mina subterránea de la División El Teniente de Codelco. El hecho, por cierto, impactó fuertemente a los familiares, amigos y colegas del malogrado trabajador. Y también caló hondo en todo este sector productivo que en materia de seguridad y salud ocupacional tiene una meta tan ambiciosa como significativa: registrar cero accidentes fatales.
Baja Histórica
La lamentable noticia vino a recordar que aún queda mucho por hacer en esta materia, y a contrastar las positivas cifras entregadas sólo días antes por el Ministerio de Minería y el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) en el Balance Nacional de Accidentes Mineros de 2015. El informe dio cuenta de una baja histórica en la cantidad de accidentes con resultado de muerte: el año pasado se produjeron 14 accidentes fatales resultando 16 personas fallecidas. Cabe indicar que nunca se habían registrado menos de 25 fatalidades en este sector de la economía y que, además, entre los años 2000 y 2015 el promedio anual es de 31,6 personas muertas en accidentes.
Durante la presentación del reporte, la Ministra de Minería, Aurora Williams, señaló: “La cifra que hemos alcanzado es un avance trascendente. Es un logro por el que hemos trabajado sistemáticamente. Las empresas y sus trabajadores son los protagonistas de una disminución de accidentes que no nos deja tranquilos, pero que reafirma nuestra ambición de llegar a cero”. En ese sentido, recalcó que “como Ministerio, seguiremos trabajando y apoyando en esta materia, a través de capacitaciones y fiscalizaciones para perfeccionar la seguridad en nuestra industria, que es la que registra mejores números en el país”.
A su vez, Rodrigo Álvarez, director nacional del Sernageomin, ente a cargo de fiscalizar la seguridad en las instalaciones y faenas mineras, destacó que “desde el accidente de los 33 mineros de Atacama ha habido un incremento sostenido en las fiscalizaciones y en la cantidad de inspectores, lo que obviamente tiene un impacto, pero lo principal es la mejora en la calidad de las fiscalizaciones y en la difusión de las situaciones de mayor peligro a través de la campaña de las 20 Reglas de Oro de la Seguridad Minera. Esto ha redundado en una tendencia general a la baja en 2015, especialmente en la gran minería, que en 2014 tuvo accidentes importantes, pero que ahora aparece sin fatalidades”.
La autoridad comentó además que están pendientes varias mejoras institucionales que ayudarán a que la fiscalización sea más efectiva en casos de faltas flagrantes y graves. Al respecto, el jefe del Departamento de Seguridad Minera y Fiscalización del organismo, Antonio Videka, detalló que se está impulsando un proyecto legal para fortalecer las atribuciones fiscalizadoras. Al mismo tiempo, se está trabajando en la actualización del Reglamento de Seguridad Minera que se aplica al sector desde 1985 y que aún no ha sido ajustado a las nuevas tecnologías y técnicas extractivas.
Los fiscalizadores advierten que estas mejoras son absolutamente necesarias, toda vez que la minería de Chile seguirá en expansión al menos por las próximas dos décadas, que es cuando se ha fijado la producción máxima posible de cobre sobre la base de las reservas probadas del país.
Lea este artículo completo en InduAmbiente N° 138 (enero-febrero 2016), páginas 76-77.