Martes 22 de marzo de 2021.- El Día Mundial del Agua fue el escogido para la suscripción del Acuerdo de Producción Limpia (APL) "Certificado Azul", iniciativa público-privada impulsada por la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático de Corfo (ASCC) y Fundación Chile.
¿Su objetivo? articular acciones con empresas de distintos rubros de la economía nacional en torno a la gestión integral y sustentable del recurso hídrico en procesos productivos y de servicios. Esto, en el plazo máximo de 36 de meses para la obtención de su máximo nivel de certificación.
Ya hay más de 150 empresas interesadas en adherirse al APL, lo que podrá hacerse a partir del próximo 26 de abril.
A través de siete metas específicas, que involucran el uso de herramientas asociadas a la medición de huella hídrica, gestión de información y responsabilidad social del agua, jerarquizando prioridades e incentivando la inversión necesaria, se busca además mejorar la eficiencia, productividad y desempeño ambiental de las empresas, permitiéndoles posicionarse como responsables, resilientes y comprometidas con su entorno
La firma del Acuerdo voluntario contó con la participación de Carolina Schmidt y Javier Naranjo, Ministra y Subsecretario del Medio Ambiente; del Vicepresidente de Corfo, Pablo Terrazas; del Embajador de Suiza, Arno Wiki; del Director Ejecutivo de la ASCC, Giovanni Calderón; del Superintendente del Medio Ambiente, Cristóbal de la Maza; del Gerente General de Fundación Chile, Marcos Kulka; del Presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura, Ricardo Ariztía; del Presidente de Sonami, Diego Hernández; del Director General de Prochile, Jorge O'Ryan; y de Gonzalo Bachelet, Vicepresidente de Chilealimentos.
En la oportunidad, Schmidt destacó que la iniciativa se enmarca en la nueva NDC presentada hace casi un año en la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático y se complementa con el programa Huella Chile. "En nuestro país tenemos un enorme desafío en la gestión del agua, pero sabemos que con un trabajo coordinado del sector público y el fomento de las alianzas con el sector privado y local, las iniciativas como el Certificado Azul se irán complementando con otras que se están desarrollando para contar con acciones concretas para hacer frente a la enorme crisis hídrica que afrontamos", dijo la autoridad.
Gradualidad y colaboración
El Certificado Azul se basa en dos principios: gradualidad y colaboración. Todas las empresas, independientemente de su tamaño, pueden ser parte de este desafío de manera progresiva. Asimismo, las empresas pueden apoyar a sus proveedores para mejorar la gestión del agua.
Mediante este instrumento las empresas se comprometerán también a implementar un plan de valor compartido en los territorios en que están insertas, relacionados con los impactos de la huella de agua.
En el acuerdo voluntario participan el Ministerio del Medio Ambiente, la Superintendencia de Medio Ambiente, la Dirección General de Aguas, INDAP, Corfo, Prochile, la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, Chilealimentos, Sofofa, Asimet, la Sociedad Nacional de Agricultura y la Sociedad Nacional de Minería.
El Acuerdo se gestó en el marco del proyecto SuizAgua del Programa Latinoamericano "El Agua nos Une" y está alineado con el ODS 6 de la Agenda 2030 establecida por la ONU, que apunta a garantizar la disponibilidad de agua, su gestión sostenible y el saneamiento para todos. Y además con el ODS 17, relacionado con el fomento de la cooperación público privada para alcanzar los otros 16 ODS.
En este trabajo conjunto se aplicará la herramienta Huella del Agua (ISO 14.046) para identificar y reducir en al menos un 5% los impactos de los principales puntos críticos y el diseño de acciones para bajar el uso del agua. También se implementarán prácticas de eficiencia hídrica y medidas de reducción en las cadenas de producción.
Cabe destacar que el Servicio de Impuestos Internos acogió el reconocimiento como gastos deducibles de la renta a aquellos incurridos en el proceso de certificación del Certificado Azul. Esto marcará un cambio relevante en la forma como las empresas participan en la gestión del agua en Chile, fomentando la inversión público-privada de soluciones hídricas internamente en sus procesos, pero también en su cadena de proveedores y el entorno.