Miércoles 14 de febrero de 2024.- Las científicas chilenas Carmen Soto y Lida Fuentes estudian la posibilidad de elaborar alimentos saludables a partir de residuos orgánicos desechados en el proceso de producción del vino y la cerveza, ricos en fibra y antioxidantes, que podrían ayudar a combatir enfermedades cardiovasculares, además de diabetes y obesidad, entre otros beneficios.
Soto, del Centro Regional de Estudios de Alimentos Saludables (CREAS), de la Universidad Católica de Valparaíso, explicó a la Agencia Xinhua que el equipo de investigación, de ocho integrantes, trabaja desde hace años con los sobrantes de la agroindustria "con el propósito de generar un mejor aprovechamiento de distintas materias primas".
Afirmó que, en este caso, los residuos obtenidos del vino (como el orujo de uva) y del proceso de producción de la cerveza (bagazo), "contienen una gran cantidad de compuestos llamados bioactivos, como antioxidantes y fibra dietética, que pueden ser aprovechados y no tienen por qué ir a un vertedero o sólo ser utilizados como alimento para animales o abono".
La alta prevalencia de enfermedades en la población mundial, en las que pueden influir las conductas alimentarias y el gran consumo de procesados, ha motivado la búsqueda de nuevos ingredientes que sean beneficiosos para la salud.
"Está reconocido que los antioxidantes y las fibras tienen una acción en estas patologías, porque en la mayoría de los casos se trata de procesos inflamatorios. Se reconoce que los antioxidantes y las fibras pueden afectar positivamente", aseguró Soto, con base en una de las premisas que ha dado origen a esta propuesta.
Para averiguarlo, el grupo cuenta con especialistas que estudian diversas opciones para complementar el tratamiento contra el cáncer, enfermedades relacionadas al colon, diabetes u obesidad, con base en células de laboratorio y modelos animales con sistemas semejantes al ser humano.
El proyecto de carácter científico-tecnológico tiene como objetivo imitar, con estos elementos, la asimilación de nutrientes producida al ingerir una fruta, que "siempre son la mejor manera de interacción entre fibra y antioxidantes, ese es nuestro ejemplo ideal. Nosotros queremos lograr un tipo de absorción de ese estilo", dijo, por su parte, la investigadora Fuentes.
La iniciativa del CREAS pretende revalorizar los residuos orgánicos de forma integral y reducir el impacto ambiental que éstos generan.