Lunes 12 de junio de 2023.- El eficaz tratamiento del agua, que se usa tanto en los hogares como en los procesos productivos, surge como una posible solución a la crisis hídrica que en la actualidad afecta al mundo entero.
Uno de los desafíos técnicos con los que batallan los científicos para aumentar el reciclaje de agua es crear nuevos catalizadores que permitan remover los contaminantes orgánicos con mayor facilidad. Por ello, un grupo de investigadores de diversas universidades chilenas creó nuevos nanocompósitos cuyos componentes son capaces de captar la energía solar, usándola para acelerar el proceso de degradación de los contaminantes orgánicos en aguas residuales.
En el desarrollo se usaron dos materiales semiconductores, titanatos en su forma de nanotubos y quantum dots, los que al trabajar juntos oxidan los contaminantes en el agua a través de procesos que aprovechan la luz del sol.
Diego Guzmán, investigador del Centro de Natotecnología Aplicada (CNAP) de la Universidad Mayor, explicó que la nueva tecnología "logró casi el 100% de la remoción de los contaminantes orgánicos y la presencia del quantum dot ayudó a aumentar la velocidad del proceso entre 4 y 5 veces".
El doctor en Química se especializa en trabajar con quantum dots, pequeñas partículas cuyas propiedades fotoelectrónicas permiten generar nanomateriales con diversas aplicaciones tecnológicas. "Lo que está ocurriendo es un proceso de fotocatálisis para degradar diferentes contaminantes orgánicos. Esto se hizo en escala de laboratorio, con cantidades menores a 25 ml, lo que es necesario para poder avanzar a volúmenes más grandes", indicó.
El científico detalló que el proceso tiene la ventaja de ser amigable con el medio ambiente, ya que además de aprovechar la luz solar en lugar de otras fuentes de energía, como la electricidad, usa compuestos sintetizados en agua, evitando así que haya contaminación cruzada con otros solventes, y puede ser reutilizado hasta 5 veces.
Aplicación doméstica e industrial
El trabajo, publicado en el Journal of Environmental Chemical Engineering, tiene el potencial de ser aplicado en procesos industriales, "por ejemplo, en empresas de aceite de oliva, en el norte del país que generan una cantidad importante de residuos acuosos con compuestos desechados de la agricultura de la aceituna (orujo y alperujo)", comentó el académico.
La solución también puede facilitar el proceso de descontaminación de aguas usadas en actividades domésticas, como las que se desechan a través del lavaplatos o la lavadora.
"Actualmente las aguas residuales se pierden y no se pueden usar para los animales o el ser humano. Además, las aguas quedan con los contaminantes y pueden ser un caldo de cultivo de enfermedades", concluyó Diego Guzmán.