Miércoles 31 de mayo de 2023.- Luego de 58 años de funcionamiento ininterrumpido, hoy se apagaron los hornos de la fundición Ventanas, de Codelco, un hito que marca un avance histórico y significativo en el proceso de descontaminación y recuperación socio-ambiental de las comunas de Quintero, Puchuncaví y Concón.
El cese de las operaciones de esta planta industrial es parte de un proceso gradual impulsado por el actual Gobierno tras los episodios de intoxicación masiva registrados en junio de 2022, con el objetivo de proteger la salud y el bienestar de la comunidad y de los trabajadores de la misma planta, con quienes se acordaron diversas condiciones para no afectarlos por la pérdida de su fuente laboral.
Cabe recordar que, según han señalado desde el Ministerio del Medio Ambiente, la fundición genera cerca de un 60% de las emisiones de dióxido de azufre en la zona, y también es una de las principales fuentes de contaminación por arsénico.
Transición justa
El momento histórico se vivió en una emotiva ceremonia, donde se repasó la historia de la planta y se reconoció el compromiso de sus trabajadores, así como el aporte de la fundición al desarrollo económico y social de la zona.
"La empresa no trajo sólo empleos de calidad, sino también desarrollo para la comunidad: entre otras iniciativas sociales, la empresa proporcionó casas a sus trabajadores en Quintero, Puchuncaví, y otras muchas comunas de la Región de Valparaíso, y transformó de manera significativa la economía regional. En estos 58 años, hemos fundido más de 18 millones de toneladas de concentrado, y es un logro que nos debe llenar de orgullo, porque se ha hecho siempre con total apego a la ley", aseguró el gerente general de la División Ventanas, Ricardo Weishaupt.
Al mismo tiempo, desde Codelco recordaron que recién en 2005 la fundición y la refinería pasaron de Enami a manos de la Corporación, luego de que las plantas requirieran cuantiosas inversiones para cumplir con las nuevas normativas medioambientales. Añadieron que, a pesar de que la cuprífera invirtió US$ 160 millones en infraestructura y nuevas tecnologías y de que la fundición siempre operó dentro de los límites que exigía la normativa, las condiciones de ventilación de la bahía generaron constantes episodios contaminantes que generaron cuestionamientos a todas las empresas de la zona.
"Como directorio, tuvimos que tomar una decisión, luego de escuchar a todos los actores, en este ambiente de incertidumbre y cuestionamientos a la fundición. De todos modos, ya con el tiempo que ha pasado, lo que ha prevalecido es la serenidad de los trabajadores y las trabajadoras, lo que valoro enormemente, y lo que favoreció que este proceso se desarrollara en paz social", aseguró el presidente del directorio, Máximo Pacheco.
Por su parte, el Presidente de la República, Gabriel Boric, envió un mensaje en video en el que comentó que tras esta definición de la empresa era importante garantizar la empleabilidad. "Hemos empujado una transición justa en donde Codelco ha trabajado firme para asegurar la continuidad de los empleos y, además, Codelco se mantendrá en la zona a través de la refinería".
Desde la Corporación resaltaron, además, que la refinería electrolítica opera con altos estándares medioambientales y produce anualmente 420 mil toneladas de cátodos de cobre de 99,99% de pureza que viajan a distintas partes del mundo para apoyar la transición energética, la electromovilidad y la electrificación de zonas tan alejadas, como China, India y el Sudeste Asiático.
Avance insuficiente
El aporte al mejoramiento ambiental del cierre de la fundición Ventanas ha sido reconocido y valorado de manera transversal, pero también se ha puesto énfasis en la necesidad de seguir avanzando en otras medidas que permitan la recuperación integral de Puchuncaví, Quintero y Concón.
A modo de ejemplo, una declaración de Fundación Terram, organización no gubernamental que lleva más de una década realizando estudios en la zona, señala: "La población de Puchuncaví y Quintero ha sufrido la injusticia ambiental a causa de funcionamiento desregulado del Complejo Industrial de Ventanas, donde la fundición fue uno de los principales responsables de emisión de dióxido de azufre (SO2) y de arsénico (As), que enfermó silenciosamente por décadas a las personas. Es nuestro mayor deseo que esta medida sea el inicio de un verdadero camino hacia la Justicia Ambiental, y se logre avanzar hacia una equitativa distribución de la carga de beneficios y/o perjuicios, para ir 'emparejando la cancha'. Recordamos, sin embargo, que el cierre de fundición Ventanas, es insuficiente para superar el estado de contaminación en que se encuentra la bahía, y emplazamos a las autoridades y al mundo político a que se hagan cargo de solucionar la contaminación industrial de la zona, tras casi 60 años de funcionamiento de las empresas que operan allí".
El documento agrega que hay brechas concretas que se deben ir cerrando, como las siguientes:
• Exigencia de Resolución de Calificación Ambiental a las instalaciones industriales que operan previo a 1997, año en que comenzó a funcionar el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental.
• Poner en marcha a la brevedad la nueva red pública de monitoreo de calidad del aire anunciada por el Ministerio del Medio Ambiente, para tomar decisiones anticipadas a los episodios críticos de intoxicación.
• Actualizar la normativa ambiental asociada a los distintos contaminantes que se emiten en la bahía de Quintero, como el arsénico y otros metales pesados (cadmio, mercurio, níquel, vanadio o zinc); los compuestos orgánicos volátiles tolueno, etilbenceno y xileno; y compuestos orgánicos persistentes, como dioxinas y furanos.
• Iniciar la tramitación de una norma de calidad ambiental que defina estándares de contaminación en el componente suelo, donde estudios científicos han comprobado la existencia de arsénico, cadmio, cobre, plomo y zinc, entre otros, en niveles significativamente superiores en comparación con otras zonas.
• Modificar el Plan Regulador Metropolitano de Valparaíso para evitar el ingreso de nuevas industrias a esta zona de sacrificio.
• Equiparar los estándares nacionales con los de la Organización Mundial de la Salud, respecto de las concentraciones contaminantes permitidas en prácticamente todas las normas primarias de calidad ambiental de relevancia para la bahía de Quintero.
• Cumplir los deberes normativos asociados con la vigilancia epidemiológica (o de Salud Pública) de los efectos de contaminantes atmosféricos en la salud de la población, especialmente, de riesgo.