Lunes 20 de diciembre de 2021.- Anoche, ante miles de personas y sobre un escenario montado en el centro de Santiago, el presidente electo, Gabriel Boric, realizó su primer discurso.
En ese encuentro masivo con sus electores tras ganar el balotaje con el 55% de las preferencias, el candidato de Apruebo Dignidad se subió a un escenario montado en la esquina de Alameda y Santa Rosa, donde entregó un mensaje que aludió a la unidad de los chilenos y señaló objetivos de lo que será su gestión que se iniciará el 11 de marzo de 2022.
Uno de los aspectos que abordó fueron los temas ambientales. “Pondremos especial atención al cuidado del medio ambiente”, afirmó Boric, en una alocución donde estuvo acompañado de sus colaboradores más cercanos.
En esa línea, detalló que “el cambio climático, queridos compatriotas, no es una invención. Está acá y genera efectos directos sobre nuestras vidas y las de futuras generaciones. No es casualidad que sean los jóvenes del mundo los que hayan alzado la voz, desde Greta (Thunberg) a Julieta (Martínez), ante los poderes irracionales”.
Asimismo, y en el contexto de un difícil escenario en el que más del 50% de las comunas del país se encuentra en zonas declaradas bajo decreto de escasez hídrica, Boric sostuvo que “no podemos mirar para el lado cuando nuestros campesinos y agricultores, cuando localidades enteras no tienen agua o cuando se destruyen ecosistemas únicos pudiendo evitarlo”.
Agua y escasez hídrica
Respecto a este tema, las propuestas ambientales del presidente electo consideran la implementación una Política Nacional de Seguridad Hídrica que garantice el derecho humano al agua y el saneamiento, con un enfoque de protección y restauración de los ecosistemas.
En el mismo ámbito, su programa plantea un proceso de transformación institucional de forma gradual: “Este desafío implica modificaciones legales e institucionales, cuyo éxito dependerá de una ejecución ordenada, legítima y ampliamente participativa, adecuándose a las dinámicas y condiciones sociales, culturales, económicas y ambientales preexistentes en cada territorio y reconociendo que la situación actual resulta insostenible en un escenario de crisis hídrica y climática galopante”.
Para ello, se propone crear un Sistema Nacional de Gestión de Aguas, que materialice la implementación de un nuevo modelo sistémico de gestión en sintonía con la naturaleza, según lo que establezca la Convención Constitucional. De igual modo, se señala que los “organismos de cuenca”, como órgano a nivel de una o más cuencas, serán instancias representativas de deliberación, planificación y coordinación, en un marco de gestión integrada de recursos hídricos (GIRH), entre los usuarios de aguas, las entidades públicas y actores privados y comunitarios relacionados con la gestión de las aguas en sus respectivos territorios.
Adicionalmente, en línea con la crisis climática, detalla el documento, “fortaleceremos la política de protección de biodiversidad y ecosistemas, con énfasis en la protección y restauración del ciclo hidrológico: glaciares, bosques, humedales, vegas, bofedales, pomponales, etc.”.
Derechos de agua y SEIA
También, “se revisarán los procedimientos que determinan la oferta y disponibilidad de derechos de agua, considerando las proyecciones de cambio climático y la incorporación de variables medioambientales; se asegurará la calidad de las aguas, “a través de la protección integral de calidad de las aguas y de la planificación y protección de suelos, en sintonía con nuestra estrategia de basura cero”.
Por otra parte, el programa establece que se incorporarán tipologías de ingreso al SEIA “que contemplen efectivamente proyectos forestales y agrícolas”.
En cuanto a infraestructura, el mandatario electo se comprometió a “invertir —con enfoque en la reactivación sostenible— en soluciones basadas en la naturaleza que permitan no solo restaurar ecosistemas sino asegurar el suministro de agua potable urbana y rural y mitigar el riesgo de desastres”. Y, asimismo, implementar un plan de gestión de embalses para priorizar el acceso al agua para consumo humano.
Fondo Soberano de Adaptación
De igual manera, el programa anuncia la definición de una hoja de ruta para afrontar la crisis climática, “que será consagrada en la Estrategia de Adaptación Transformadora a la Crisis Climática, de mediano a largo plazo y con enfoque en las regiones”. Se espera que esta herramienta contemple la creación, con fondos existentes y parte de la recaudación del royalty, “un Fondo Soberano de Adaptación al Cambio Climático para generar capacidad de ahorro y brindar margen presupuestario para las inversiones futuras, para desarrollar una política de desarrollo de un sistema alimentario sostenible, con el objetivo de asegurar la seguridad alimentaria de la población basada en criterios de salud, económicos y ambientales”.
Asimismo, se plantea un impulso con fuerza el desarrollo de la economía circular: “Profundizaremos el marco normativo que hoy entrega la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor a través de una Ley Marco de Economía Circular y Gestión de Residuos que, al incorporar el enfoque de ciclo de vida, permita la generación de modelos de basura cero a escala municipal, la reducción de los desperdicios de alimentos, la regulación del uso de materia primas secundarias, políticas de ecodiseño, reglamentación de abonos y bionutrientes, reutilización de aguas residuales, la promoción de simbiosis industrial, la regulación de la obsolescencia programada y la participación efectiva de recicladores de base”.
Transición energética y zonas de sacrificio
En materia de energía, específicamente respecto de descarbonización, el programa de Boric incluye tres medidas de corto plazo para eliminar el carbón al terminar su mandato. Primero, incorporar sistemas de almacenamiento en distintas etapas desde la generación al consumo, en fuentes de generación variable con baja capacidad de regulación, pasando por transmisión para evitar congestiones y vertimiento de energía renovable. Lo anterior, replicando este modelo en distribución y demanda, en la medida que permitan flexibilizar operacionalmente el sistema.
Además, se plantea una participación activa de la demanda en el sistema, por ejemplo, mediante el mecanismo de carga interrumpida, principalmente de los grandes consumidores, incentivando que instalen almacenamiento u otros mecanismos de gestión. Y en tercer lugar, “la reparación socioambiental de las zonas de sacrificio, haciéndonos cargo de proteger el empleo y fomentar la reconversión laboral de manera paritaria, así como de ajustar el mecanismo de equidad tarifaria para que no se pierdan los beneficios por generación local”.
Las medidas de mediano y largo plazo consideran el reemplazo de combustibles fósiles mediante una profundización y recalibración de aspectos de la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde.