Viernes 19 de enero de 2024.- Una nueva forma de capturar y almacenar emisiones de carbono se está gestando en la zona de Bahía Inglesa, Región de Atacama. Se trata de un proyecto piloto colaborativo de Carbono Azul, inédito en Chile, que permite regenerar la biodiversidad marina y absorber emisiones de CO2 mediante plantaciones de algas, ayudando con ello a mitigar el cambio climático.
El proyecto es desarrollado la compañía minera Anglo American junto a Fundación Chile, el apoyo del centro de innovación acuícola AquaPacífico y la Universidad Andrés Bello y consiste en el cultivo de especies de macroalgas que tienen una capacidad potencial de absorción de carbono cincuenta veces más potente que algunos ecosistemas terrestres. De hecho, se estima que los océanos captan el 30% del dióxido de carbono producido al año en el mundo, debido principalmente a los bosques de macroalgas. De este modo, la empresa podría compensar de manera voluntaria emisiones de CO2 que no se pueden abatir mediante la tecnología existente en la actualidad.
La iniciativa fue presentada esta semana en el seminario "Perspectivas del Carbono Azul en Chile", que contó con exposiciones de expertos nacionales e internacionales, académicos, ejecutivos y representantes del Gobierno.
"Quisiera felicitar a Anglo American y Fundación Chile por atreverse a innovar y atreverse a trabajar con ciencia, y también por plantear estos desafíos que son globales como parte de su quehacer y de su misión. Necesitamos una industria que esté comprometida con el cuidado del medio ambiente, necesitamos una industria que reconozca el valor de los procesos sociales, que avance en reducir desigualdades y este tipo de iniciativas apuntan en esa dirección", dijo la ministra de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Aisén Etcheverry.
Al respecto, el vicepresidente de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad de Anglo American, Juan Pablo Schaeffer, explicó que esta iniciativa refleja la manera en que la compañía está aportando al país. "Nuestra meta es alcanzar la carbono neutralidad a 2040 y uno de los caminos que estamos siguiendo para lograr este objetivo es la implementación de Soluciones basadas en la Naturaleza, como el Carbono Azul, que protegen o rehabilitan ecosistemas naturales y los gestionan de una manera sostenible. De ese modo, podemos compensar las emisiones de CO2 que no podemos abatir a través de soluciones tecnológicas", comentó.
El objetivo de la compañía es que este proyecto piloto se pueda escalar y permita dar pie a desarrollos de créditos de Carbono Azul, como también contribuir a la meta de carbono neutralidad del país hacia 2050.
En la misma línea, desde Fundación Chile destacaron la importancia de esta iniciativa. "Nos parece clave explorar de manera colaborativa iniciativas innovadoras y basadas en la naturaleza para enfrentar el cambio climático. Estamos felices de ser parte de este proyecto y de promover encuentros como este, donde profundizamos junto a los más destacados expertos nacionales e internacionales en el alcance del Carbono Azul, el cual representa un enorme potencial para nuestro país", expresó su gerente general , Hernán Araneda.
Además de la captura de carbono, este proyecto contribuye a restaurar ecosistemas marinos degradados, generando beneficios para la biodiversidad y también para las comunidades que se dedican a actividades relacionadas con el mar.
Así lo destacó la directora ejecutiva de AquaPacífico, Claudia Soto: "Considerando la extensión de costa y condiciones oceanográficas de Chile, esta iniciativa representa una gran oportunidad para que el país se proyecte como un importante generador de bonos de Carbono Azul. Esto no solo orientado a las empresas que deseen mitigar sus emisiones y alcanzar la carbono neutralidad, sino también en contribuir a la restauración y conservación de los ecosistemas marinos. En ese sentido, este programa coincide plenamente con las capacidades tecnológicas de AquaPacífico y sus socios estratégicos, así como con nuestro rol de promover y desarrollar una acuicultura sustentable con altos niveles de innovación. Es por ello que estamos muy orgullosos de ser parte de esta iniciativa pionera a nivel nacional".
Enorme potencial
El proyecto contempla el desarrollo de tres etapas. La primera consistió en la producción de plántulas en un laboratorio en la zona, durante octubre de 2023. La segunda etapa comenzó la primera semana de noviembre del año pasado, con la plantación de las algas en el mar y la estimación del carbono en los fondos marinos. Y la última fase se iniciará en febrero de 2024, cuando se logre la primera cosecha de algas, lo que permitirá determinar el nivel de CO2 que la plantación es capaz de absorber.
Esta cosecha permitirá generar, además, un producto denominado biocarbón, que puede ser utilizado para la restauración de ecosistemas terrestres o suelos agrícolas. "Nuestro aporte en la generación de biocarbón a partir de macroalgas pardas, permite conocer el almacenamiento y secuestro de CO2 a través de este biomaterial recalcitrante como ha sido evaluado en otros sustratos", mencionó la Dra. Loretto Contreras-Porcia, líder del laboratorio LEBMA de la Universidad Andrés Bello.
Los especialistas coincidieron en que esta innovación tiene un enorme potencial para el país debido a la extensión de su costa y su calidad, tanto para afrontar al cambio climático, como para fomentar diversas actividades pesqueras y acuícolas que son el sustento de cientos de miles de personas que viven de ellas.