Miércoles 6 de enero de 2021.- Cuestionamientos de diversos actores ha generado la adjudicación que hizo el Consejo Corfo del Instituto de Tecnologías Limpias (ITL), el mayor centro de Investigación y Desarrollo (I+D) que tendrá Chile, que se emplazará en Antofagasta, a un consorcio liderado por AUI (Associated Universities Inc). Esta organización es independiente, sin fines de lucro, y tiene entre sus miembros fundadores a prestigiosas universidades estadounidenses, como Harvard, MIT, Columbia, Princeton, Cornell, Pensilvania, John Hopkins, Rochester y Yale.
En todo caso, se desarrollarían conversaciones para que ASDIT (una de las opciones perdedoras y que incluye a las universidades nacionales) participe en la conformación del ITL, para lo cual el gobierne actuaría como garante. El consorcio también se abriría a distintos gremios.
Respecto a las críticas al proceso, por ejemplo las universidades de Antofagasta (UA) y Católica del Norte (UCN) señalaron en una declaración conjunta que el resultado de la licitación es "un golpe al desarrollo científico y tecnológico del país, dejando en un segundo plano a las universidades chilenas -las instituciones generadoras de la mayor parte de la investigación y el conocimiento en Chile- en la carrera tecnológica por desarrollar áreas claves para el futuro, como la energía solar, la minería sustentable y materiales avanzados de litio y otros minerales, y el hidrógeno verde".
Asimismo, plantean que "desplazar fuera de nuestras fronteras el protagonismo en estos temas es un error estratégico que tendría un grave costo para los planes de encaminar a nuestro país en la senda del desarrollo sostenible y en el mejoramiento de la calidad de vida de los chilenos".
La decisión también generó el rechazo de actores políticos. La senadora Yasna Provoste expresó en ese sentido que "se pone gravemente en riesgo la sustentabilidad del desarrollo científico y tecnológico de nuestro país".
A su vez, la diputada por Antofagasta y presidenta de Revolución Democrática, Catalina Pérez, manifestó en sus redes sociales que "este error estratégico significará una fuga de conocimientos que le costará caro al país y la región. El proceso debe ser revisado profunda y rigurosamente".
Frente a la controversia, Pablo Terrazas, Vicepresidente Ejecutivo de Corfo, defendió la adjudicación del ITL precisando que fue un proceso "transparente", descartando la posibilidad que se realice nuevamente.
El proyecto
El Instituto buscará potenciar el desarrollo regional y nacional, y tiene como objetivo impulsar la energía solar, la minería sustentable y materiales avanzados de litio y otros minerales, y el hidrógeno verde. Se espera que al 2030 sea una referencia tecnológica a nivel mundial en sus temas de especialización, y un centro de innovación y emprendimiento de alcance global, que capturará valor para la economía regional y nacional aprovechando las condiciones únicas del Desierto de Atacama.
La idea es que la contribución del ITL sea de largo plazo para el país y que su desarrollo sea sostenible en el tiempo. Por lo mismo, en los próximos 10 años considera una inversión total de US$ 265 millones, con un aporte por contratos de SQM del 54%, mientras que el de AUI será de 46%.
Este consorcio, en su compromiso por aportar al desarrollo local y nacional, considera la participación en su directorio de Universidades de la Macrozona Norte y de 3 representantes del sector privado.