Inteligencia artificial made in Chile ayuda a reducir sobre 40% la huella de carbono a empresas

Martes 29 de junio de 2021.- El desafío de alcanzar la carbono neutralidad es una meta que, sin duda, requiere un esfuerzo a nivel país con la participación de los diversos sectores. Desde este punto de vista, todas las herramientas que ayuden a las empresas a optimizar sus índices en términos de emisiones contaminantes son bienvenidas.

En ese contexto, surgió una tecnología desarrollada en Chile que ayuda a identificar y solucionar problemas ambientales, como la contaminación del aire y el manejo de residuos.

Mimasoft, basada en un software que utiliza inteligencia artificial, mide, monitorea y analiza en tiempo real múltiples variables de sostenibilidad, entre ellas, análisis de ciclo de vida (LCA); huellas de carbono (GHG) e hídrica (WFP) y calidad de aire y contaminación acústica. Todo eso, a través de metodologías y estándares validados internacionalmente.

De esta forma, esta innovación contribuye a disminuir sobre un 40% la huella de carbono y en torno al 20% el impacto ambiental global de las empresas, al lograr identificar los puntos críticos de su gestión. Además, representa beneficios económicos para las compañías al reducir en cerca del 60% las horas hombre (HH) utilizadas en gestión medioambiental, según destaca Cristóbal Molina, desarrollador de la tecnología.

Mimasoft se puede aplicar en cualquier en todo tipo de industria, como minería, energía, construcción, retail, transporte, etc. Por su alta efectividad ha sido premiada en Chile y a nivel internacional.

Actualmente, la firma —que tiene el mismo que la tecnología— desarrolla proyectos con el Ministerio del Medio Ambiente, uno de los cuales es la aplicación de Mimasoft en la Red de Monitoreo de Ruido Ambiental, donde, en conjunto con una empresa partner, generarán información clave para la elaboración de la primera norma de calidad de ruido en Chile.

Otra experiencia en que ha incursionado la compañía fue un proyecto piloto para Enel, en el parque eólico de Sierra Gorda, donde se logró reducir en un 47% la huella de carbono correspondiente a la fase de construcción de esta central de generación ERNC.