Martes 22 de febrero de 2022.- En Chile son abundantes los suelos contaminados por metales pesados como el cobre y metaloides como el arsénico. Además, la presencia de estos elementos en suelos agrícolas puede afectar la productividad y calidad de las cosechas, lo que significa un riesgo para la salud de las personas.
Ante esta problemática ambiental, el Dr. Teodoro Coba de la Peña, investigador del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Árida, CEAZA, está trabajando en un proyecto que identificará especies vegetales tolerantes a metales pesados y capaces de extraer estos contaminantes del suelo, para su descontaminación progresiva.
En este contexto, se ha reportado que la quínoa, junto con ser una planta con un alto valor alimentario, es tolerante a la sequía y salinidad. "Diversas investigaciones sugieren que también es tolerante a algunos metales pesados. Diferentes variedades de quínoa pueden ser más o menos tolerantes a metales pesados", puntualiza el Dr. Coba de la Peña, líder de la investigación.
Es por este motivo que el Proyecto Fondecyt "Estrés y tolerancia inducida por metales y metaloides en Chenopodium quinoa Willd", propone evaluar la tolerancia a cobre y arsénico de diversas variedades de quínoa, específicamente variedades de los salares, del altiplano, y variedades costeras cultivadas en Chile, a fin de identificar y seleccionar variedades tolerantes que puedan utilizarse para cultivo y/o para fitorremediación en suelos contaminados.
Para la fitorremediación
El proyecto, que tendrá una duración de tres años, busca identificar aquellas variedades de quínoa que acumulen altos niveles de metales en sus tejidos, sea en raíces, tallo u hojas. Éstas se podrían utilizar para estabilizar o descontaminar gradualmente suelos contaminados, lo que permitiría la recuperación y futuro uso de estos suelos para diversos cultivos.
"Una posibilidad es que la planta acumule altas concentraciones de metales en sus tejidos, y en ese caso esa planta se puede utilizar para descontaminar progresivamente suelos contaminados", explica el científico.
Por otra parte, se esperan identificar variedades de quínoa que crezcan en suelos contaminados pero que sean aptas para consumo humano. Esto quiere decir que sean cultivos capaces de producir una buena cosecha y que las semillas o frutos no estén contaminados por metales. Y en el caso que la planta acumule metal, que sólo lo haga en la raíz, pero no en el tallo o en el fruto.
Además, el proyecto también contempla dilucidar los mecanismos fisiológicos, metabólicos y moleculares implicados en los procesos de estrés y tolerancia de la quínoa a metales pesados.
Fuente: Ceaza