Lunes 15 de noviembre de 2021.- Después de largas discusiones que se extendieron hasta este sábado y tras la redacción de varios borradores, la COP26 emitió un documento final que muestra algunos avances, pero que muchos consideran insuficientes.
Por 13 días, jefes de Estado y de gobierno, junto con representantes de casi 200 países, se reunieron en una nueva Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) para aunar esfuerzos en torno a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a un nivel que los científicos esperan que pueda limitar el calentamiento global. Ello, teniendo en el horizonte la meta de no sobrepasar un aumento de la temperatura del planeta por encima de los 1,5 grados por sobre niveles preindustriales.
La COP26 terminó el sábado 13 de noviembre con la aprobación del denominado Pacto Climático de Glasgow, un acuerdo que representa un resultado considerado como débil respecto de las respuestas que se necesitan tomar para hacer frente a la grave emergencia climática que vive el planeta.
El pacto, aunque no es legalmente vinculante, se espera que establezca una agenda global contra el cambio climático para la próxima década. En él, se destaca la mención sin precedentes de que el carbón es la principal fuente del calentamiento global, como también incluye un compromiso para reducir su uso. No obstante, India y China impidieron, en el último minuto, que se suscribiera el término de “eliminación gradual” de su uso como fuente de energía, dejando en su lugar por el de “reducción gradual”.
Entre los principales puntos del acuerdo, se insta a —en lugar de comprometer a— los países industrializados a duplicar los fondos para las naciones en vías de desarrollo para ayudarles a adaptarse al cambio climático a 2025; se solicita a los Estados a actualizar a más tardar el próximo año sus metas de reducción de carbono para 2030; se formula un llamado para reducir gradualmente "el uso del carbón como fuente de energía y los subsidios a los combustibles fósiles ineficientes"; se hace énfasis en la necesidad de "aumentar significativamente el apoyo" a los países en desarrollo más allá de los US$100.000 millones al año, y se busca establecer un diálogo para examinar el tema de dinero a cambio del daño que el cambio climático ya ha causado.
Graves riesgos por sobrecalentamiento
Molly Scott Cato, académica de Economía de la Universidad de Roehampton (Londres, Inglaterra), afirmó que la COP26 falló en lo que la historia juzgará como la última oportunidad para proteger el mundo del sobrecalentamiento.
“El propósito fundamental de la COP26 era asegurar que nuestro clima no se calentara más de 1,5 grados. Según esa referencia, ha fallado desastrosamente”, indicó la experta.
Agregó que las naciones saben que tienen que reducir las emisiones de manera más profunda y rápida. Sin embargo, a pesar de un aumento limitado en la ambición, la mayoría de los países no ha logrado fortalecer las promesas que hicieron en París en 2015, poniendo esta situación al mundo en camino hacia un calamitoso calentamiento de 2,4 grados.
“Si bien la diferencia entre 1,5 y 2,4 puede no parecer mucha, es la distinción entre un clima habitable y uno en el que miles mueren de choque térmico en Europa y, además, en que millones se enfrentan al hambre en África debido a la sequía. Por otra parte, es la diferencia entre la pérdida de todos los corales del mundo y tener alguna posibilidad de salvarlos, y en que Maldivas o las Islas Marshall existan o simplemente desaparezcan bajo la subida del nivel del mar”, detalló Molly Scott Cato.
Decepción
Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, expresó su decepción ante el Pacto Climático de Glasgow, argumentando que no alcanza los objetivos de la cumbre del clima COP26, aunque sí supone “importantes pasos”.
“No hemos conseguido los objetivos de esta conferencia”, tras la modificación introducida a última hora por India que suaviza el lenguaje con relación al fin progresivo del uso del carbón como fuente de generación energética, señaló.
En esa línea, el máximo responsable de la ONU reconoció que si bien el acuerdo supone avances, “desafortunadamente la voluntad política no fue suficiente”.
“Lo aprobado es un compromiso”, sostuvo, aunque “refleja (…) contradicciones y el estado de la política en el mundo de hoy”.
No obstante, Guterres celebró el acuerdo entre Estados Unidos y China anunciado durante esta semana, con el que trabajarán juntos para reducir las emisiones durante la década de 2020, como también el compromiso de revertir la deforestación y reducir las emisiones de metano para el final de 2030.
En tanto, el presidente de la COP26, el ex ministro británico, Alok Sharma, negó que los cambios en el acuerdo relativos al fin del uso del carbón forzados a última hora por India y China supongan “un fracaso” y aseguró que el texto en su conjunto es “un logro histórico“.
En una entrevista con la BBC, tras la clausura el sábado del evento, Sharma dijo que el pacto aprobado por 197 países, que incluye un mandato para aumentar en 2022 los objetivos de reducción de emisiones a 2030, permite “mantener al alcance” la meta planteada en el Acuerdo de París de 2015 de limitar a 1,5 grados el calentamiento del planeta este siglo.
También recordó que se completó la normativa para aplicar plenamente el tratado parisino, en especial el artículo 6, relativo a los mercados de carbono, y que se obtuvo “más dinero para los países vulnerables al cambio climático”.