Miércoles 16 de noviembre de 2022.- El elevado uso de antibióticos para controlar las enfermedades que afectan a los peces es una de las principales críticas medioambientales que se hacen a la industria salmonera, ya que los residuos de estos productos decantan en el fondo del mar y causan importantes impactos en la biodiversidad y los ecosistemas presentes en los centros de cultivo.
Pese a ello, la utilización de estos medicamentos por parte de las empresas sigue al alza. Según el último informe sobre el uso de antimicrobianos en la salmonicultura nacional realizado por el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (SERNAPESCA), en el año 2021 se utilizaron cerca de 463,4 toneladas de antibióticos, lo que representa un aumento del 33% en comparación a 2020.
Frente a esta problemática, investigadores de la Universidad de La Frontera –parte del Consorcio Ciencia 2030– desarrollaron una solución innovadora que permite reducir el uso de antibióticos y el daño que éstos generan en el entorno. Se trata de un antimicrobiano o fago capaz de combatir una de las principales patologías que sufren los salmones: la Enfermedad Bacteriana del Riñón conocida como BKD.
El equipo multidisciplinar está compuesto por Catalina Carrasco, Danae Flores, Javiera Miranda, Nicolás Lefin y Cristian Aranzaes, de Ingeniería Civil en Biotecnología, Ingeniería Civil Química y Bioquímica. Este último explicó que esta metodología había sido probada en la industria ganadera: "La fagoterapia lleva mucho tiempo siendo estudiada, pero nunca en la industria acuícola. Se sabe que los fagos tienen un uso microbiano y que puede servir de alguna forma. Hay casos de empresas que iniciaron estudios de terapia fago, pero sin llegar a etapas de caracterización como lo estamos haciendo nosotros".
El ingeniero civil químico Nicolás Lefin añadió que en la parte experimental han obtenido resultados positivos y que la principal dificultad del proceso es la poca investigación que existe en torno al tema. "Nos surge como un desafío la producción de este tipo de bacteriófago, ya que existe poca información respecto a la bacteria. Hemos tenido que crear una metodología para hacerla crecer, caracterizarla, pero la especificidad que se le entrega a la fagoterapia y el uso que le podemos dar es la innovación de este proyecto", comentó.
Actualmente, el equipo se encuentra ad portas de validar y caracterizar el fago, para posteriormente comenzar la producción en masa. "Esperamos producir y comercializar este compuesto antimicrobiano. La idea es asociarnos con una empresa que nos pueda apoyar en el escalamiento y caracterización del fago", acotó Javiera Miranda, ingeniera civil en biotecnología.
Finalmente, Cristian Aranzaes puso énfasis en la importancia y proyección de esta investigación. "Estaríamos marcando un precedente. Si nosotros lo logramos a gran escala, otros podrán decir que la fagoterapia sirve en la acuicultura, se comenzarían a probar con otras bacterias y se abriría una línea de investigación orientada a solucionar un problema real en la industria salmonera", resaltó el ingeniero civil en biotecnología.
Este nuevo antimicrobiano se desarrolló en el marco de la Hackatón por el Cambio Climático, una de las estrategias del Consorcio Sur-Subantártico Ci2030. Esta instancia formativa desafía a los investigadores a desarrollar soluciones científicas innovadores que resuelvan problemáticas globales con una mirada local. El Consorcio está compuesto por seis casas de estudio regionales: Universidad de La Frontera, de Talca, del Bío-Bío, Católica de la Santísima Concepción, Austral de Chile y de Magallanes.