Miércoles 19 de octubre de 2022.- Estudios del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) señalan que las prácticas agrícolas son responsables del 23% de las emisiones de gases que producen el calentamiento global. En ese contexto, la agricultura orgánica se presenta como una alternativa y solución no solo para producir cultivos más sanos, sino también para cuidar el medio ambiente.
Según la declaración de ventas de plaguicidas de uso agrícola recopilada por el Servicio Agrícola y Ganadero, en el año 2019 en Chile se emplearon 4,2 kg de estos productos por hectárea (ha), cifra que duplica la media de los países de la OCDE (2,1 kg/ha). Sin embargo, aún existen regiones donde no se desarrolla la agricultura industrial, como ocurre en Aysén, motivo por el cual surgió el proyecto "Huerto Cuatro Estaciones" que generó un manual para innovar con prácticas orgánicas regenerativas biointensivas que eviten la utilización de compuestos tóxicos.
Diego Varela, socio fundador de Biósfera Austral, comenta que en uno de sus proyectos de conservación rural ubicado en el Fundo Las Rosas, en la comuna de Chaitén, están desarrollando cultivos de hortalizas y frutales, junto a Huerto Cuatro Estaciones, con el objetivo de producir alimentos sin fertilizantes sintéticos y desde suelos en regeneración para la comunidad del sector.
"La agricultura regenerativa va en línea con nuestro propósito de innovar en ruralidad sostenible basada en la conservación y no en prácticas extractivistas. Además, obtenemos como resultado de esta técnica frutas, verduras y hortalizas con alto valor nutricional y uso eficiente de los recursos naturales, reducción de costos, productos libres de agroquímicos, mejoramiento y fertilidad del suelo, junto con aportar al desarrollo sostenible, conservación del entorno y una mejor calidad de vida", sostiene.
Recomendaciones
Sobre el escenario descrito, desde Huerto Cuatro Estaciones entregan algunas recomendaciones para cultivar sin pesticidas en la Patagonia, algunas de las cuales también son válidas para otras zonas del país:
• Salud del suelo: La base de un huerto sano es un suelo sano. Generalmente los suelos tienen baja fertilidad, ya sea naturalmente o por mal manejo. Por esto, es importante comenzar con una capa de al menos 10 a 15 cm de compost terminado. Año a año debe mantenerse la fertilidad aplicando al menos 5 a 10 cm de compost, sin intervenir más de lo necesario.
• Diversidad: Un monocultivo es un sistema muy frágil. Si algún insecto o algún microorganismo patógeno se siente cómodo en el ambiente que creamos, se va a reproducir, y si hay mucho de un mismo cultivo, la reproducción y el daño va a ser grande. Por eso hay que encontrar un equilibrio entre un sistema práctico y fácil de manejar, con alta diversidad de cultivos y también vegetación no comestible como flores y arbustos, que atraen insectos y aves que se alimentan de las posibles plagas.
• Planificación: Siembra lo que vas a cosechar y no más. Calcula cuánto necesitas de cada cultivo semanalmente y planifica desde la cosecha hacia atrás. Un error muy común es sembrar de todo una misma vez, por lo que la cosecha también se concentra en una sola semana y luego no hay continuidad.
• Almaciguera e invernaderos. La Patagonia tiene una estación corta. Es importante alargar la temporada con la ayuda de invernaderos y una almaciguera. Si la mayoría de los cultivos se comienza en la almaciguera y luego se transplantan, se gana al menos un mes de uso de las camas de cultivo, logrando un tercer o hasta un cuarto ciclo por temporada, donde normalmente sólo se podrían dos.