Martes 17 de mayo de 2022.- Solamente el 13,9% de los residuos sólidos domiciliarios a nivel nacional llega a puntos verdes para poder ser tratados y darle una segunda vida al material, disminuyendo así la basura que llega a los vertederos. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio realizado por Corporación Ciudades y que abarcó a todas las capitales regionales del país.
El sondeo, difundido por elmauleinforma.cl, se estructuró en torno a la evaluación de cuatro temas: el porcentaje de reciclaje de residuos sólidos no peligrosos, la disponibilidad de puntos verdes por habitantes, los microbasurales y la producción de basura por persona.
Al comparar las capitales regionales, en apenas 5 ciudades se sobrepasa el 14% de reciclaje, siendo Puerto Montt la que lidera el ranking con una tasa de 39,7%, seguido por Valdivia (34,7%), Rancagua (30,2%), el Gran Concepción (20,9%) y Antofagasta (19,1%). En el otro extremo, hay dos ciudades que ni siquiera logran llegar ni al 1%: Coyhaique (0,5%) e Iquique-Alto Hospicio (0,9%).
“Si bien este estudio nos muestra que estamos muy atrasados como país en esta materia, es interesante observar que a pesar de que la mayoría de las políticas públicas se piensan siempre en y para Santiago, son justamente otras ciudades las que han logrado educar a sus habitantes en la disminución de la basura y del reciclaje, para poco a poco ir transitando hacia una economía circular”, explicó Martín Andrade, director ejecutivo de Corporación Ciudades.
Dispares realidades en la capital
Dentro de Santiago la realidad también varía mucho entre las comunas. En efecto, se observa que los sectores con mayor conciencia sobre la basura son Quilicura y Ñuñoa, municipios que tienen la mayor tasa de reciclaje, con 51,8% y 46% respectivamente, a pesar de no contar con la mayor cantidad de puntos de reciclaje por persona. A la vez, son estos mismos habitantes los que producen menos residuos sólidos, con 0,9 y 1 kilo por persona al día.
El Consejo Nacional de Desarrollo Urbano recomienda un límite de producción de residuos de un kilo por persona al día. Sin embargo, actualmente hay seis ciudades que no cumplen con este estándar. Punta Arenas y Coyhaique son las que más basura aportan, con 1,3 kilos diarios por persona, las mismas localidades que se encuentran bajo el promedio nacional de la tasa de reciclaje.
Por otro lado, el problema de los microbasurales afecta principalmente a Valparaíso, donde se observan 6,3 por cada 10 mil habitantes, siendo la comuna de Quilpué la más afectada, con una tasa de 12,6. En este ámbito, asimismo, Puerto Montt vuelve a destacar como la ciudad con menor índice, con apenas 0,2.
Bajo reciclaje de plásticos
Según datos de Asociación Gremial de Industriales del Plástico (Asipla), el reciclaje de plásticos en Chile creció un 11% en 2020, lo que implica que, de las 970 mil toneladas de plásticos que se consumieron en Chile ese año, se valorizaron 92.716 toneladas, equivaliendo a un 9,6% del consumo total de ese material en el país.
“Chile no es ajeno a la realidad global, según la OECD, a nivel global se está produciendo el doble de desechos plásticos que hace dos décadas, y la mayor parte termina en vertederos o se incinera, y solo el 9% se recicla con éxito”, advierten Federico Antico, académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez, y María Julia Wiener, investigadora postdoctoral de la Universidad de Chile.
Sin embargo, advierten que hay un problema aún mayor que el bajo porcentaje de reciclaje, cual es la mala gestión de los plásticos lo cual hace que terminen dispersos en el medio ambiente: “Según la OECD, a nivel global esto representa el 22% del plástico producido; un ejemplo de ello son las 7 islas de plástico en los océanos, la mayor de ellas en el Pacífico”.
Dado este escenario, a juicio de los investigadores la principal solución para reducir los desechos plásticos es frenar su uso. “Esto debe partir desde el consumidor, quien tiene poder sobre lo que consume”, afirman, pero también desde los fabricantes de productos, “que pueden decidir utilizar materiales alternativos”.
Recolección diferenciada
Por otro lado, Ibáñez y Wiener estiman que para reducir el consumo de plásticos son necesarios marcos regulatorios que restrinjan o condicionen los patrones de consumo y que promuevan el reciclaje. “Un ejemplo es la implementación de la ley Nº 21.100, que impide que el comercio entregue o venda bolsas plásticas a sus clientes para el transporte de mercadería”, señalan.
Los especialistas añaden que para avanzar en el reciclaje de plásticos es importante implementar en sistemas de recolección diferenciados. Por ejemplo, recolección puerta a puerta o aumento de disponibilidad de puntos limpios en todo el país, para aumentar así la tasa de reciclaje de residuos domiciliarios: “También es relevante un componente de educación civil, de modo que el productor mejore la identificación de los distintos tipos de plásticos y los clasifique adecuadamente para disponerlo en las rutas de reciclaje correspondiente”.